El origen del uso de estos
elementos es un tanto difícil de esclarecer.
Ya en su día Clara Delgado Valero, intenta explicar el origen de los
cipos con función funeraria, asociándolos
con los cementerios de Atenas
procedentes del periodo helenístico hasta época romana. La forma de los
helenísticos, denominados kioniskos, es muy parecida a la que tienen los cipos
islámicos medievales. La dificultad del
tema, según la autora, es por qué doce
siglos después los cipos son usados por parte de la cultura islámica-medieval
en determinados puntos muy concretos
como, por ejemplo, en Toledo.
Fotos
1: Cipo ateniense. Fuente: Oliver, G. “Athenian Funerary Monuments: Style,
Grandeur, and Cost”. En: The Epigarphy of
death. Studies in the history and society of Greece and Rome. Liberpool University Press, 2000. Págs. 59-80. Fig.
3.1b, pág. 70
Foto 2: Cipos de Kerameikos (Atenas). Fuente:
Oliver, G. “Athenian Funerary Monuments:
Style, Grandeur, and Cost”. En: The Epigarphy of death. Studies in the history
and society of Greece and Rome. Liberpool University Press, 2000. Págs. 59-80. Fig. 3.2, pág. 70
Por otra parte, en el ámbito
islámico durante la alta Edad Media, se han documentado cipos en Túnez, con una
gran concentración en Qairawan (a partir
del siglo IX hasta la primera mitad del XI), pero también en otros lugares de
esa misma zona, por lo que se podría suponer que la costumbre vendría desde
Túnez, lo curioso es que esta moda tuviera cabida sólo en nuestra ciudad y su
área de influencia, y no en otras
medinas principales de los reinos de Taifas.
Foto 3: Cipo funerario de Qairawan datado en el siglo X.
Fuente: Imagen tomada del siguiente artículo: Clara Delgado Valero: “La Columna
sepulcral: una forma funeraria del arte helenístico y del arte islámico”. En Arte hispano-musulmán. UNED, Madrid
2001. Págs.105-116.
Con el paso del tiempo, entre
los siglos XIV y XV, todavía
pervive en la costumbre de
algunos cristianos el gusto de colocar cipos en tumbas. En estos casos, dichos cipos
proceden de sepulturas originariamente
islámicas (siglo XI), que con el paso de los años quedaron abandonadas, ya que desaparecieron los familiares que las honraban, con lo que se
reutilizan para otras tumbas o como
material de construcción. Este
hecho se documentó, no sólo en el Circo romano durante las
excavaciones de 1987, sino también
durante la obra del remonte peatonal de la puerta del Cambrón en 1999.
Con esto vemos que después de la conquista de Toledo, a pesar de la
implantación del nuevo orden cristiano,
persisten las huellas de las tradiciones y gustos islámicos.
Foto 4: Tumba con reutilización de cipo en su cabecera,
excavada durante el control de obras del remonte peatonal de la Puerta del
Cambrón: B. Maquedano Carrasco et alii: “Nuevas aportaciones al conocimiento de
las necrópolis medievales de la Vega Baja de Toledo (y II)”. En: Tulaytula,
Nº10. Toledo, 1998. Pág. 52
Hoy en día, podemos observar en
los cementerios otomanos de Estambul
tumbas con cipos de mármol, cuya
visión nos podría retrotraer a un paseo
por un cementerio en el Tulaytula del siglo XI.
Foto 5: Cementerio en Estambul (Turquía). Fuente: http://www.flickr.com/photos/40338697@N04/4069759932/
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