viernes, 20 de diciembre de 2013

Gracias y Felices Fiestas!

Muchas gracias a todos los que nos habéis seguido desde que comenzamos en Octubre!! Ya casi hemos alcanzado 3.800 visitas, mucho más de lo que esperábamos!

También agradecemos la buena acogida que ha tenido esta iniciativa y seguimos animando a todo aquel que quiera participar, que lo haga con comentarios, preguntas, sugerencias...

Por nuestra parte, seguiremos intentando mantener vuestro interés con más aportaciones en lo que queda de éste año y el que viene, y os deseamos Felices Fiestas y que el 2014 sea un gran año para todos!!

Postal de Dig in the Dirt

jueves, 12 de diciembre de 2013

Arquitectura del Agua: Brocales de Aljibes y Pozos

Las casas toledanas, de clara tradición islámica, presentan gran cantidad de elementos singulares que las caracteriza en general y las singulariza en particular. Junto a los característicos aljibes que todas las casas tienen -por lo menos uno- a la par con ellos se conservan los conocidos “brocales de pozo”.

Estos elementos comunes en todas las casas toledanas darían para hablar largo y tendido, pero únicamente haremos un pequeño repaso sobre algunos de ellos, sobre los más comunes. El material que se emplea en su ejecución también es muy variopinto, siendo los más comunes los de granito y caliza; aunque también se han conservado brocales de mármol (de diferentes calidades) y de barro cocido, estos últimos de tradición mudéjar y adscritos aproximadamente a los S. XIV y XV.

Tanto la decoración como la tipología siempre van a gusto del propietario, pero sí podemos trazar unas líneas generales que nos ayudará a marcas un “time line” que, evidentemente, siempre tendrá sus acepciones.

En época medieval, tanto el mundo islámico como el mudéjar y parte del espíritu gótico (entre los siglos X-XV), gustan por el empleo, los primeros de calizas marmóreas y mármoles, utilizando escasamente el granito. Las formas tienden más a la circunferencia y a lo hexagonal, como es el caso del brocal conservado en el inmueble Nº 2 del Cobertizo de San Miguel el Alto, junto a la iglesia del mismo nombre, en el inmueble de la Pza. del Colegio Infantes 13 o en el de la Calle Santo Tomé, 21.

Brocal de San Miguel, 2

Brocal de Colegio Infantes, 13

Brocal en hornacina de calle Santo Tomé, 21 (Siglo XIV-XV)


Brocal en hornacina de calle de la Plata, 3 (Siglo XV)


Los mudéjares siguen utilizando los mismos materiales que en los siglos anteriores, incorporando al repertorio los brocales de barro cocido. Suelen estar vidriados y presentan una riqueza decorativa con motivos florales, geométricos y epigráficos, tanto en cúfico como en letras góticas, como los ejemplares conservados en el Museo de Santa Cruz.

También contamos con un singular ejemplar en pizarra, situado a ras de suelo, proveniente del Callejón del Alcahoz.

Brocal de Cjón. del Alcahoz

De estilo gótico, concretamente ya en lo que sería el S. XV, los hay de múltiples formas, con o sin decoración.  Por ejemplo, el conservado en el inmueble Nº 21 de la Calle de las Bulas, es de granito con tendencia hexagonal y, a media altura, está decorado con las características “perlas isabelinas”, esferas que van desarrollándose a lo largo del perímetro de la pieza.

Brocal de calle de las Bulas, 21

También tenemos un ejemplar de finales de la Edad Media en calle Alfileritos en el que se grabó, aunque actualmente sea inidentificable, el escudo de la familia nobiliaria que edificó el inmueble.

Brocal con heráldica de la calle Alfileritos, 3

Con el Renacimiento, también los brocales de los aljibes y pozos son reflejo de las tendencias del momento. Predominan prácticamente en su totalidad los perímetros circulares, quedando ya para el olvido la ejecución de piezas hexagonales, heptagonales u octogonales. De estas tendencias serían los dos brocales localizados en el inmueble nº 1 de la Plaza de las Fuentes, sencillos en su factura, sin ningún tipo de decoración, salvo el borde del mismo que está algo marcado.

Plaza de las Fuentes, 1

 También pueden contar con inscripciones, como éste otro ejemplar de la calle Santo Tomé nº 21.

Brocal de calle Santo Tomé nº21 con la inscripción "IHS" (símbolo de Jesucristo)

Los ejemplares del S. XVI y primera mitad del S. XVII presentan unas decoraciones que cada vez van siendo más variadas, así tenemos por ejemplo, que el brocal conservado en el Callejón de Esquivias,  presenta una decoración de franjas longitudinales imitando lo que serían las estrías de las columnas greco-romanas.

Callejón de Esquivias, 1

La época barroca conlleva en la ciudad de Toledo una gran actividad constructiva y de reforma de edificios medievales y espacios urbanos. Junto a ejemplares austeros sin ningún tipo de decoración, como el ejemplar de la vivienda Nº 17 de la Calle de la Plata, conviven ejemplares de decoraciones algo más elaboradas, como por ejemplo el conservado en la casa de San Ginés, Nº 2, los del inmueble de la Pza. de Santo Domingo "El Antiguo" nº 4 o uno de los dos conservados en el inmueble del Callejón de Agustín Moreto, Nº 2. En estos casos las decoraciones son franjas longitudinales o de imitación de sillares almohadillados.

Calle de la Plata, 17

Callejón de San Ginés, 2

Brocales en hornacina de Pza. de Santo Domingo "El Antiguo" nº 4 (actual sede de El Consorcio de Toledo)

Brocales en hornacinas en calle Agustín Moreto, 2

Desde el S. XVI, el material preferido por los tallistas será el granito, dándose casos aislados de utilización de mármol.

Para terminar, el hecho en sí de que el brocal pueda ser de una época u otra no implica en absoluto que tanto el aljibe como el pozo sean de la misma época. Muchos de los brocales se elaboran nuevamente para estructuras antiguas; y en otros casos, en aljibes de nueva planta también lo que se hace es reutilizar viejos brocales.

viernes, 6 de diciembre de 2013

El arte de morir en Toledo- Cipos Islamicos II


El origen del uso de estos elementos es un tanto difícil de esclarecer.  Ya en su día Clara Delgado Valero, intenta explicar el origen de los cipos con función funeraria, asociándolos  con  los cementerios de Atenas procedentes del periodo helenístico hasta época romana. La forma de los helenísticos, denominados kioniskos, es muy parecida a la que tienen los cipos islámicos medievales.   La dificultad del tema, según la autora,  es por qué doce siglos después los cipos son usados por parte de la cultura islámica-medieval en determinados puntos muy concretos  como, por ejemplo, en Toledo.


 Fotos 1: Cipo ateniense. Fuente: Oliver, G. “Athenian Funerary Monuments: Style, Grandeur, and Cost”. En: The Epigarphy of death. Studies in the history and society of Greece  and Rome. Liberpool University Press, 2000. Págs. 59-80. Fig. 3.1b,  pág. 70




Foto 2: Cipos de Kerameikos (Atenas). Fuente: Oliver, G. “Athenian Funerary Monuments: Style, Grandeur, and Cost”. En: The Epigarphy of death. Studies in the history and society of Greece  and Rome. Liberpool University Press, 2000. Págs. 59-80. Fig. 3.2,  pág. 70

Por otra parte, en el ámbito islámico durante la alta Edad Media, se han documentado cipos en Túnez, con una gran concentración  en Qairawan (a partir del siglo IX hasta la primera mitad del XI), pero también en otros lugares de esa misma zona, por lo que se podría suponer que la costumbre vendría desde Túnez, lo curioso es que esta moda tuviera cabida sólo en nuestra ciudad y su área de influencia,  y no en otras medinas principales de los reinos de Taifas.


Foto 3: Cipo funerario de Qairawan datado en el siglo X. Fuente: Imagen tomada del siguiente artículo: Clara Delgado Valero: “La Columna sepulcral: una forma funeraria del arte helenístico y del arte islámico”. En Arte hispano-musulmán. UNED, Madrid 2001. Págs.105-116.

Con el paso del tiempo,  entre  los siglos XIV y XV, todavía  pervive en la costumbre  de algunos cristianos el gusto de colocar cipos en tumbas.  En estos casos,  dichos cipos  proceden de sepulturas originariamente  islámicas (siglo XI), que con el paso de los años  quedaron abandonadas, ya que  desaparecieron los   familiares que las honraban, con lo que se reutilizan  para otras tumbas o como material de construcción.  Este hecho  se documentó,  no sólo en el Circo romano durante las excavaciones  de 1987, sino también durante la obra del remonte peatonal de la puerta del Cambrón  en 1999.  Con esto vemos que después de la conquista de Toledo, a pesar de la implantación  del nuevo orden cristiano, persisten las huellas de las tradiciones y gustos  islámicos.



Foto 4: Tumba con reutilización de cipo en su cabecera, excavada durante el control de obras del remonte peatonal de la Puerta del Cambrón: B. Maquedano Carrasco et alii: “Nuevas aportaciones al conocimiento de las necrópolis medievales de la Vega Baja de Toledo (y II)”. En: Tulaytula, Nº10.  Toledo, 1998. Pág. 52

Hoy en día, podemos observar en los cementerios otomanos de Estambul  tumbas con cipos de mármol,  cuya visión nos podría retrotraer  a un paseo por un cementerio en el Tulaytula del siglo XI.



Foto 5: Cementerio en Estambul (Turquía). Fuente: http://www.flickr.com/photos/40338697@N04/4069759932/
                                                                                                                     

sábado, 30 de noviembre de 2013

Estrenamos Facebook!

Gracias a la buena acogida que ha tenido el blog y a las sugerencias de algunos seguidores, hemos creado una página en Facebook, en la que iremos enlazando los post que vayamos subiendo al mismo, para que aquellos interesados puedan hacer comentarios, preguntas, sugerencias, debates, etc.

No sólo sobre los contenidos que vayamos subiendo, estamos a disposición de cualquier participación constructiva!

¿Tienes alguna duda sobre la arqueología y la historia de Toledo?¿Alguna sugerencia? Súbela a nuestra página!

Iremos respondiendo en la medida que podamos!!

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jueves, 28 de noviembre de 2013

El arte de morir en Toledo- Cipos Islámicos I

La arqueología a la que un profesional se puede enfrentar en Toledo presenta múltiples particularidades. 

Partimos de la realidad de que Toledo en sí es un yacimiento  donde podemos hallar  elementos que identifican a  culturas  que han pasado por la ciudad, y que hacen que Toledo hoy día sea tal como  es.  Sin estos fragmentos o partes  no se podría entender Toledo como resultado, ya que cada uno de estos elementos es como un libro abierto sobre la cultura, el tiempo y la vida de quienes lo erigieron. Nosotros sólo tenemos que saber leerlo. 


Una de esas particularidades de la arqueología toledana, son  los cipos funerarios de cronología medieval islámica, que se encuentran algunos de ellos diseminados por algunas  zonas  de la ciudad, casi siempre reutilizados en los muros como material de construcción dispuestos a veces de  modo funcional y,  en otras ocasiones,  de modo decorativo.

Detalle de reutilización de cipos en muro localizado en las proximidades de la Ermita del Cristo de la Vega.

Ejemplo de  reutilización de cipos en muro localizado en las proximidades de la Ermita del Cristo de la Vega.

Inmediaciones de la Ermita del Cristo de la Vega.

Cipo con inscripción cúfica en muro perteneciente a  la casa del santero de la Ermita del Cristo de la Vega. 


 Lo que más destaca de los cipos es que se empiezan a poner de moda en Toledo durante el siglo XI, entre el final del califato y la división del mismo  en reinos de Taifas. La peculiaridad de éstos es que son muy escasos los ejemplos de otros cipos en el plano peninsular, sólo   se registran en  determinados contextos urbanos: en Ciudad de Vascos (Navalmoralejo, Toledo), los cuales son  de una forma más rudimentaria;  en Ávila, siendo éstos más tardíos que los de Toledo;  en Calatrava la Vieja; y en Toledo,  destacando por la concentración numerosa de éstos y la calidad de algunos por su factura y epitafios. La pregunta es: ¿por qué  hay tantos cipos  en Tulaytula  y  tan pocos en otros núcleos urbanos?
Cipos procedentes de la necrópolis mudéjar de San Nicolás  de Ávila (siglos XIII-XIV). Fuente: http://avilabierta.com/PDF/textos/2/lamemoriadeala.pdf

Cipo hallado en Calatrava la Vieja (finales del  siglo X

Conjunto de cipos conservados en el Museo de Santa Cruz de Toledo (Segunda mitad del siglo XI). De izquierda a derecha: Nº Inventario 22367, procede de Magán (Toledo); Nº Inventario: 20387; Nº Inventario: 20579 (al igual que el anterior, procede del camino del nuevo cementerio de Toledo).

Ejemplo de reutilización de cipos en el vano interior  de la puerta del Cambrón de Toledo en la  reforma del siglo XVI.

Los cipos son columnas o pequeñas pilastras que se erigen verticalmente  encima de la  tumba para así señalizarla e identificar la memoria del difunto,  y, a veces, servir de soporte epigráfico. Normalmente suelen estar realizada la mayoría en mármol.  Presenta una parte sin trabajar en uno de sus extremos, ya que es la zona que va hincada en la tierra. En el otro extremo,  la parte labrada suele tener en el extremo contrario una pequeña moldura de media caña a modo decorativo llamada collarino. En el centro, enmarcado por una orla o rectángulo,  iría el área  reservada para el epitafio, en el caso de que lo tuviera, ya que existen cipos sin texto, predominando en cantidad éstos últimos, de los que nos encontramos en Toledo. Las inscripciones  están realizadas en cúfico (un tipo de escritura islámica, de muy difícil lectura).

 Cipo conservado en el Museo de Santa Cruz. Nº Inventario: 20579. Cronología: 1052. Perteneciente al jurista Abu Utman Said Ibn Chafar. 


Los cementerios islámicos (maqbara/maqabir) se establecen fuera de  los recintos amurallados de la ciudad, siguiendo la costumbre romana. En Toledo, las áreas funerarias de adscripción islámica se localizan esparcidas por toda la zona norte extramuros, coincidiendo con la vega natural del Tajo y sus estribaciones:

1- Área desde la Puerta del Cambrón hasta la antigua Basílica de Santa Leocadia.
2- Área del Circo Romano.
3- Área colindante a la  Fábrica de Armas y carretera de Ávila (antiguo colegio Mayol).
4- San Lázaro hasta la carretera de Madrid (Camino del actual cementerio nuevo).


Vista aérea de SIGPAC con localización de algunas áreas funerarias conocidas hasta la actualidad.


En general, las tumbas suelen ser estrechas, excavadas en la tierra y no a mucha profundidad. El cadáver, envuelto en un sudario, se depositaba sin ajuar por regla general (siguiendo la costumbre  islámica).  La  posición que presenta el cuerpo es  sobre el costado derecho, con la orientación del enterramiento suroeste-noreste, con la cabeza hacia la Meca normalmente, aunque existen excepciones. En cuanto a los tipos de tumbas o cubiertas presentan una gran variedad, la cual, como ocurre hoy en día, viene determinada por el nivel socioeconómico del fallecido y su familia.  En el exterior de la tumba,  ésta podría ir marcada con un cipo, estela, lápida o con ladrillos funerarios o simplemente,  con una cubierta de tejas o adobes, hilera de piedras, montículo de tierra, etc.

Enterramiento islámico. Tumba 166. Intervención arqueológica  durante 2009/2010 en PERI de San Lázaro, parcela U3, (Toledo).


martes, 19 de noviembre de 2013

Graffiti histórico en Toledo- I

El graffiti, término italiano con el que denominamos a los grafitos (también conocidos como "pintadas"), es una expresión (generalmente un dibujo, una frase o una palabra), de cualquier tipo (de amor, política, reivindicativo, artístico, etc.), que se realiza generalmente sobre un soporte mural (muro, pilar, columna, tabique, etc.), aunque también se realizan sobre suelo, vehículos, etc., mediante el empleo de pintura, el grafito o la incisión en el soporte.

Su origen se pierde en la historia, y hay quien considera el arte Rupestre como el origen del Graffiti.

Panel de la cueva de Altamira (Paleolítico Superior- Magdaleniense)


Tuvo muchísimo predicamento en el mundo Romano, donde encontramos una amplísima variedad de ellos de todo tipo: políticos, soeces, reivindicativos, de amor...

Graffiti pintado de tipo político conservado en Pompeya (Italia)

El graffiti pervivió durante la Edad Media, encontrándose además en el entorno de todas las religiones: cristiana, musulmana, judía, etc. 

Graffiti medieval de Norfolk, con la representación de un barco (Norfolk Graffiti)

El graffiti ha continuado hasta nuestros días, si bien a partir de mediados del siglo XIX, comenzó a suponer, como hoy en día, un problema para los edificios de valor históricos, motivo por el que se recogió en distintas legislaciones de Europa o América la pena por deteriorar los monumentos. A partir de los años 70, y sobretodo desde Estados Unidos, arranca el actual movimiento grafitero, con artistas consagrados en los 80 y una evolución hasta el graffiti en 3D actual.

Juan Carlos Argüello "Muelle", un famosos grafitero madrileño de los años 80-90

Graffiti en 3D en la pared de un establecimiento

EL GRAFFITI HISTORICO EN TOLEDO

Toledo, ciudad que ha conservado intacto buena parte de su pasado Medieval, ha conservado una amplísima colección de graffitis de todas las épocas, conservados principalmente en sus casas.

Esto se debe a que, por las dificultades que existían en la ciudad para sacar escombro y traer materiales de construcción hasta prácticamente nuestros días, los alarifes y arquitectos de la ciudad conservaban las estructuras de las viviendas al recuperarlas para su uso, conservando incluso los antiguos enfoscados, en donde se ejecutaban los grafitos. También era común que los arquitectos, alarifes y artesanos estampasen en los muros y tabiques que luego enfoscarían sus iniciales, fecha, e incluso cuentas, prubas de compás, etc., mientras ejecutaban la obra. También se procedía al picado y rallado del antiguo enlucido para que agarrase el nuevo.

Así, muchas casas de Toledo conservan en sus muros gruesas capas de enfoscado, ya que se iban superponiendo uno tras otro a lo largo de los años. Igualmente, cuando se limpiaban los aljibes era común que firmaran los trabajadores, que suelen dejar sus nombres y fecha.

Cuando los arqueólogos hacemos catas en los muros, vamos eliminando y documentando una a una cada capa, para poder reconstruir la historia del inmueble. Es entonces, y durante el control arqueológico de la obra, cuando podemos documentar los graffiti. Los encontramos realizados mediante incisión en el enlucido (normalmente de yeso), pintados con grafito (Lápiz) o con pintura de diverso tipo (negra, rojo a la almagra, etc.) y los tenemos documentados desde la baja Edad Media y tanto con motivos cristianos, musulmanes o judíos. En éste sentido recomendamos la lectura del artículo de Jacobo Fernández del Cerro sobre los graffiti documentados en un inmueble de la Calle del Lócum, por ser uno de los conjuntos medievales más interesante y mejor documentado de Toledo (ver la referencia- Artículo Graffiti Fernández del Cerro)

En éste apartado, y en distintos post, vamos a ir exponiendo distintos tipos de Graffiti documentados en Toledo en distintas intervenciones arqueológicas.

- Plaza de Santo Domingo el Antiguo 4:

En la rehabilitación del inmueble de la actual sede del Consorcio de Toledo se documentaron, en la planta superior y bajo el artesonado existente, varios pilares con revestimiento de yeso en los que se localizaron graffiti realizados tanto por incisión, empleo de lápiz y de posible cera roja. Los motivos son, los propios de la obra (cuentas de azulejos, una fecha, etc.), así como un rostro, realizados en rojo, artísticos con caras y distintos motivos en lápiz e incisos, realizados con compás y punzón. Los más antiguos, realizados en rojo, podemos fecharlos en 1690, aunque el resto no son muy posteriores.

Inscripción ilegible salvo la fecha inferios- 26 de agosto de 1690

Se entiende la palabra "Azulejos" y debajo el número 126

Rostro mirando a la izquierda

Dos caras realizadas a lápiz

Distintos motivos incisos. La estrella realizada con círculos está hecha con compás.

- Bajada del Colegio Infantes nº 6 (1)

Durante la rehabilitación de un apartamento de éste inmueble, se documentaron en los muros distintas pintadas, realizadas la mayoría con lápiz, y una con pintura negra, que podemos fechar entre el siglo XIX y principios del XX.

Pintado en negro el nombre de la ciudad "Sevilla"

Dibujo a lápiz con la representación de una Hornacina y en el interior esbozo de la imagen de la Virgen María sobre altar, coronada la hornacina por el símbolo del "Ave María"

Dos rostros, uno esbozado e irregular a la izquierda, y otro a la derecha, que se corresponde con el de un soldado tocado con gorro con pluma

Rostro femenino con la inscripción en medio del nombre "Justo". El estilo podría ser ya de principios del siglo XX

- Torre del campanario del Monasterio Cisterciense de San Clemente:

Presentaba un grueso enfoscado de yeso, muy moderno, en el que se documentaron algunas inscripciones a lápiz de la primera mitad del siglo XX, mientras se rehabilitaba el Salón Cervatos. En éste caso todos los grafitos son para indicar que X estuvo allí.

Grafitos, muy difíciles de leer, pero en los que se identificaron las fechas de 1943 y 1951

Grafitos de 1922 y 1945

- Grafito sobre tablilla de madera en C/Alfileritos nº 3:

En éste caso, al desmontar un suelo de tarima de madera, se identificó en una de las tabillas inferiores un grafito en el que se identifica al que lo hizo y la fecha.

Podemos leer: "José Díaz Benítez de 22 años de eda casado entarimo estas abitaciones el dia 14 y 15 de Mayo de 1922"

Como podemos ver, en Toledo tenemos grafitos de distintos tipos, épocas, motivos y realizados con disintios materiales y en distintos soportes. Poco a poco iremos mostrando más!



(1) Intervención arqueológica dirigida por S. Rodríguez y J. Peces









viernes, 15 de noviembre de 2013

Gorronera Islámica del Palacio de los Condes de Cedillo (Antiguo Colegio Sadel)

Para hacer girar los ejes de las puertas batientes se colocaba una pieza arquitectónica denominada gorronera, en la parte superior, y otra en la parte inferior denominada quicialera. La primera suele ir decorada mientras que la segunda no.

Esquema de una puerta de M. Carmen López Pertiñez, de la publicación Una gorrronera Nazarí

Gorronera de la Alhambra de Granada. Foto procedente de Fototravel

Quicialera de la misma puerta. Foto de Fototravel


Esta pieza procede del palacio de los Condes de Cedillo (antiguo Colegio SADEL) que se encontraba reaprovechada, como mampostería, en uno de sus muros; si bien se vincula con la mezquita de la iglesia del Salvador, por la proximidad del edificio ( en el siglo XVII por ruina de algunos muros de la iglesia y su reparación, es posible que se aprovechase estas piedras para la construcción de otros edificios cercanos como es el caso del Colegio SADEL) y por las similitudes decorativas y técnicas con otras piezas aparecidas en las excavaciones de la iglesia.

Presenta una rica decoración en los laterales mediante tallos que se enroscan y forman cuatro rollos que realizan el perfil de la pieza. También aparecen palmetas digitadas y rollos y rosetas. Frontalmente presenta una banda decorada con el recorrido de un tallo, que lo divide en dos partes simétricas, rematado con parejas de palmetas digitadas y rollos, en la parte inferior aparecen dos piñas. Está realizada en piedra caliza y presenta restos de policromía en añil y rojo.

Gorronera, vista frontal y lateral. Foto de la publicación: García Sánchez de Pedro, J. / Gómez García de Marina, M.: La Ornamentación de la Mezquita del Salvador. Rev. Tulaytula. N.º 12, págs. 61-69. Año 2005.
Descárgate el artículo íntegro aquí Tulaytula, 12


Cronología: la pieza se fecha entre los siglos X y XI d. C. entre finales del Califato y comienzos de la Taifa de Toledo.


Detalle de la imagen frontal y lateral en el momento de su descubrimiento.
Detalle de la cavidad inferior de la gorronera, donde se inserta la parte superior del eje de la puerta o gorrón